Ya en nuestra guía para perder peso te hemos mencionado como el hambre emocional puede estar saboteando tu progreso.
Alguna vez has pensado por qué tenemos Hambre?
Pues sí, la respuesta es bastante obvia, comemos porque es una necesidad fisiológica y lo necesitamos para sobrevivir.
Venimos de animales primitivos, por lo cual nuestro cerebro mantiene aún esa parte instintiva de supervivencia, lo que hace que cuando sentimos esa sensación, busquemos comida y comamos.
Pero no siempre el cerebro entiende bien las señales del cuerpo y hay veces que no distingue si esa hambre que sentimos es real o no.
Y puede que en realidad lo que estamos buscando es canalizar alguna emoción no gestionada que hace que comamos sin necesitarlo.
Pero…
Tabla de contenido
Por qué canalizamos nuestras emociones a través de la comida?
Cuando nuestro cerebro asocia ciertos tipos de comidas, como por ejemplo puede ser el chocolate, que hacen que luego de comerlas sintamos la sensación de placer, una vez que vuelva esa emoción o sensación negativa, el cerebro volverá a buscar esa sensación de placer.
Esa sensación de placer sucede porque al comer ciertos tipos de comidas el cerebro secreta sustancias como la dopamina, que es un neurotransmisor, que entre otras funciones regula el placer.
No tiene nada de malo que los alimentos nos conecten con emociones placenteras o de placer cuando es una conducta sana.
Pero cuando se convierte en una forma de afrontamiento ante cualquier emoción o sensación negativa, ahí empieza el problema porque es entonces cuando el comer emocionalmente se convierte en un hábito (1).
Hábito que nos puede llevar a tener conductas destructivas si no es atendido a tiempo y correctamente.
TIP
No tiene nada de malo que los alimentos nos conecten con emociones placenteras cuando es una conducta sana
Cual es el papel de la ANSIEDAD?
Como ya han leído en los párrafos anteriores, el origen del hambre emocional no viene de una sensación real, como lo es la del hambre fisiológico.
Viene de nuestras emociones tal y como bien lo dice su nombre.
Y es ahí cuando entra en juego uno de los indicadores del hambre emocional; la gran y temida ANSIEDAD.
¿Pero realmente sabemos que es la ansiedad?
Son muchas las personas que dicen “sufrir de ansiedad”, porque comen de forma compulsiva e inconsciente.
Como si estuvieran fuera de si y no pudieran parar y luego se sienten llenas de culpa, como si hubieran hecho algo malo.
La ansiedad no es una enfermedad, es un síntoma
Lo cierto es que vemos a la ansiedad como algo malo, algo que no deberíamos sentir.
Pero la realidad es que la ansiedad no es ni buena ni mala, simplemente es un indicador.
De la misma forma que el cuerpo reacciona elevando la temperatura corporal (fiebre) cuando algo no va bien, con la ansiedad sucede lo mismo.
La ansiedad como la fiebre es un síntoma y no la causa.
Cuales son las posibles causas del hambre emocional?
Algunas de las causantes de que haya ansiedad y nos lleve a comer emocionalmente pueden ser:
- Estar consumiendo menos calorías de las que debería, ya sea por dietas restrictivas, dietas extremadamente hipocalóricas, etc.
- Un descontrol hormonal, como puede ser por el Cortisol, Tiroides, Insulina, Leptina.
- Un desbalance en Macronutrientes (Hidratos de Carbono, Proteínas y Grasas saludables)
- Usar la comida como placer momentáneo para quitarnos emociones negativas como pueden ser: la desmotivación, falta de aceptación, auto sabotaje, aburrimiento, tristeza, cansancio, rabia, etc.
Es sumamente importante encontrar la causa.
Ya que, a pesar de haber consecuencias fisiológicas, como puede ser sobrepeso, a nivel emocional existen consecuencias graves y es sumamente importante cambiar ese hábito adquirido ya que en algunos casos pueden llegar a desarrollar trastornos alimenticios severos.
Es necesario buscar la ayuda de un profesional que evalúe el caso y ayude en el proceso.
Cómo identificar el hambre emocional y el hambre fisiológico?
Aprender cómo identificar qué tipo de hambre tenemos, tanto si es hambre emocional o hambre fisiológico, es la clave para saber si comemos o ignoramos las señales y optamos por utilizar alguna clave para gestionar el hambre emocional.
HAMBRE FISIOLOGICO | HAMBRE EMOCIONAL | |
APARICIÓN | Poco a poco, progresivamente con sensaciones en las “tripas” | De golpe, repentinamente. |
CAUSA | Cuando el cuerpo empieza a necesitar energía para continuar | Aparece para tapar una emoción o para “llenar un vacío” |
SENSACIÓN | Sensación de placer y bienestar | Sensación de culpa y malestar |
SACIACIÓN | Cualquier alimento en el que se piense es válido y apetece. Comer nos sacia. | Alimento en concreto, por lo general “ese” alimento que hace sentir mejor. Puede ser infinita ya que aun estando llenos puede aparecer ese hambre. |
Cuales son algunas claves para gestionar el Hambre Emocional?
A continuación, te dejo algunas claves que puedes usar para poder gestionar el Hambre Emocional.
Pero siempre recuerda que la ayuda de un profesional a tiempo en estos casos puede prevenir grandes complicaciones asociadas a trastornos alimenticios.
Identificar qué tipo de Hambre es
Con el cuadro que está más arriba tienes las pautas para identificar el tipo de hambre que es, tanto si es hambre fisiológica o si es hambre emocional.
Hay que tener también en cuenta que no todos los “antojos” por comida tienen una causa emocional, como pueden ser, por ejemplo:
- La deshidratación o sed se pueden confundir con hambre ya que la parte del cerebro que controla el hambre, también controla la sed. Intenta tomarte un par de vasos de agua antes de comer a ver si realmente tienes hambre fisiológica.
- Síndrome premenstrual, en esta fase las mujeres solemos sentir la necesidad de comer dulces con alto índice glucémico y es sencillamente porque el desbalance hormonal hace que disminuya la serotonina y estos tipos de alimentos harán que nos aumente y como consecuencia aumente la sensación de bienestar.
- Infecciones por Cándida, la cándida es un tipo de hongo que habita en las mucosas (boca, intestino, etc.) y uno de sus síntomas es la gran gana de comer productos ultra procesados, entre otros. En éstos casos debes solucionarlo con el tratamiento adecuado.
- Hipoglucemias, la consecuencia de dietas muy restrictivas o ayunos no controlados por un profesional hacen que los niveles de azúcar en sangre bajen y aparezcan síntomas muy parecidos a los de la ansiedad.
La relación con la comida
La conducta alimentaria se forma en nuestra niñez, más concretamente en los primeros años de vida y está sumamente influenciada por muchos factores, como pueden ser:
Factores psicológicos, biológicos y socioculturales.
Debes evaluar si a lo largo de tu vida la comida ha sido una forma de sentirte mejor o fue utilizada como reforzador positivo (“si te portas bien, te compraré un helado”) o de castigo (“si no te comes la comida, no irás a jugar al parque”).
Si es así seguramente la comida para ti tenga un gran valor emocional.
Identificar las emociones
Cuando no sabemos gestionar nuestras emociones, nuestro primer impulso es refugiarnos en satisfacciones inmediatas, en este caso la comida será la opción preferida por lo que hemos visto en párrafos anteriores.
Ahí es cuando empieza el trabajo de intentar identificar que emoción es la que está asociada a el hambre emocional, ya sea por tristeza, frustración, culpa, miedo, rechazo, rabia, cansancio, etc.
Es necesario que amplíes tu vocabulario emocional para poder encontrarla.
Alternativas para gestionar el hambre emocional sin comida
¿Cuál sería la opción para gestionar la emoción si no tuviéramos comida?
¡Tranquilos porque siempre hay opciones! Por ejemplo:
- Puedes llamar y tener conversaciones con personas de confianza y diles cómo te sientes
- Sal a caminar, corre, bailar o haz tu ejercicio físico en las horas que sabes que viene el hambre emocional.
- Descansa y desconectar cuando la emoción que nos lleva al hambre emocional es el cansancio, también debemos escuchar a nuestro cuerpo.
- Darnos un baño caliente, consiéntete
- Lee un buen libro, si eres de los que el leer te desconecta
- Existes opciones de terapias, tanto las psicológicas como el llamado MindFulEating o alimentación plena teniendo una alimentación más consciente.
Haz tu propia lista de actividades preferidas y tenla a mano para usarla en casos de emergencia.
Si has identificado alguna de las señales, sientes que no puedes solucionarlo sola/o, has tenido episodios de atracones, o tienes la idea de que existen alimentos “malos” o prohibidos, busca ayuda.
Los trastornos de la conducta alimenticia no ocurren de la nada, todos tienen un trasfondo y muchas veces intentar salir sola/o es imposible, por eso busca ayuda.