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El uso terapéutico de hongos alucinógenos, como la psilocibina, ha despertado un creciente interés en el ámbito de la medicina alternativa. Experto en adaptógenos explica que estos hongos, especialmente en dosis altas (macrodosis), se utilizan en entornos controlados para tratar trastornos como la depresión, el estrés postraumático y las adicciones.
En instituciones como la Universidad de Hopkins, se emplea un protocolo donde la persona, en un entorno oscuro y con una playlist diseñada para provocar diversas emociones, experimenta una profunda conexión emocional y espiritual. Este proceso busca liberar traumas, mejorar el estado de ánimo y fortalecer las relaciones.
Sin embargo, es importante abordar su uso con responsabilidad y propósito, pues sin una integración adecuada, los beneficios a largo plazo pueden no ser sostenibles. Las microdosis, por su parte, promueven sutiles mejoras cognitivas y emocionales, y han ganado popularidad entre emprendedores y profesionales.
