En verano, cuando nuestro cuerpo necesita vitamina D para recargarse, solemos exponernos al sol durante largas horas, a menudo usando bloqueador solar, solo para volver a pasar el resto del año bajo luces artificiales. Esto plantea la pregunta de ¿Cómo deberíamos relacionarnos con el sol para mantener niveles óptimos de vitamina D?. Según la experta María Hernández Bascuñana, estos niveles deben situarse entre 30 y 100 ng/ml. Aunque 30 es el mínimo de suficiencia, no es necesariamente óptimo. Estudios sugieren que 40 ng/ml es un mínimo más adecuado para la salud inmunológica, y niveles entre 50 y 70 podrían ser más beneficiosos. La exposición regular al sol, sin protección solar y con la mayor superficie corporal expuesta, es clave para alcanzar estos niveles.
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